Crisis tras las elecciones en Bolivia
- María Elena Inga Flores
- 28 oct 2019
- 2 Min. de lectura
Protestas y bloqueos opositores en por lo menos cinco ciudades, y ambos grupos convocaron a movilizaciones en las calles.

El 20 de octubre se celebró en Bolivia la elección presidencial. El izquierdista Evo Morales, el primer presidente indígena en el país desde hace 13 años, anhela conseguir un cuarto mandato, pese a que esa posibilidad fue rechazada en un referéndum en el 2016. De nueve candidatos, solo el centrista Carlos Mesa, que fue el jefe de Estado entre el 2003 y 2005, estaba en carrera para enfrentarlo en una eventual segunda vuelta.
La polémica por el conteo de votos tras la elección presidencial del domingo 20 de octubre en Bolivia desencadenó protestas en contra y manifestaciones de apoyo al presidente Evo Morales, que buscaba la reelección en primera vuelta.
Morales lideraba el conteo con el 45.28% de los votos frente a Mesa, que contaba con el 38.16%. Así, ambos candidatos se encaminaban a una segunda vuelta, luego de escrutar el 84% de los votos.
El órgano electoral paralizó la noche del domingo al 84% el conteo rápido que anticipaba un posible balotaje el 15 de diciembre. La oposición y los observadores internacionales criticaron el lento ritmo de las autoridades para proporcionar el resultado final, temiendo un posible fraude. Manifestaciones y vigilias cívicas se desarrollaron frente a los centros electorales.
Sin embargo, en el recuento rápido de actas (TREP), reanudado al finalizar la tarde del lunes, el Tribunal Electoral (TSE) otorgaba el 46.4% de los votos a Morales, y 37.07% a Mesa, con el 95.63% de los votos escrutados.
Los sectores que denuncian que hubo fraude en los comicios se movilizan en zonas urbanas de Cochabamba, Santa Cruz, Chuquisaca, Tarija y Potosí. Además, mineros seguidores del mandatario bloquean desde la noche del domingo la ruta que une Cochabamba con Oruro y La Paz. Los vehículos que intentaban avanzar fueron amenazados con dinamita para hacerlos retroceder, según informó El Deber, que reportó al menos seis detonaciones.
La ley electoral exige el 50 por ciento de los votos más uno o el 40 con 10 puntos de ventaja sobre el segundo para vencer en primera vuelta, pero cuando no se logran estos porcentajes, se va a segunda ronda entre los dos más votados.
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