Resumen: ¿Qué pasó en Chile?
- Natalia Lizama
- 28 oct 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 29 oct 2019
Santiago de Chile. Viernes 4 de octubre. El Ministerio de Transporte chileno anunció el alza de lo pasajes del metro en 30 pesos. Estos equivalen a S/0.14 soles peruanos, una cantidad poco considerable si lo comparamos con la realidad de nuestra moneda. Sin embargo, si a esos céntimos agregamos los otros 800 pesos que cada ciudadano chileno paga actualmente por transporte, daría un total de 830 pesos y esto equivaldría a S/3.82 soles. Eso sí, este monto se pagaría solo en horas punta.
Domingo 6 de octubre. Los más jóvenes, estudiantes universitarios y escolares, se unieron entre todos y comenzaron a saltarse los torniquetes y cualquier medio de pago en el Metro de Santiago, como forma de mostrar su posición ante el alza de pasaje. La seguridad del medio de transporte no pudo contra tantos protestantes y el gobierno de Chile no tuvo mejor idea que cerrar el acceso a cualquier entrada del Metro y salir con policías armados.

Viernes de furia
Una situación agravada, el cierre temporal del Metro en su totalidad, la destrucción de algunos buses del Transantiago y una masiva multitud protestante fueron las razones por las cuales el Ministro del Interior, Andrés Chadwick, a interponer la Ley de Seguridad del estado en contra de aquellos que hayan cometido “delitos”. Lo que significa que la policía, y más adelante las fuerzas armadas, puede actuar y aplicar las medidas requeridas a cualquiera que cause disturbios que alteren la seguridad nacional.
Eso no fue todo, el mismo 18 de octubre a medianoche, el presidente Sebastián Piñera decretó estado de emergencia en las comunas de Gran Santiago y dictaminó un toque de queda desde las 22:00 p.m. del sábado 19, salieron pues, tanques y militares a las calles de Chile. Todo esto a partir de la violencia en las manifestaciones y múltiples saqueos en toda la capital chilena.
Y a todas las medidas que el gobierno tomó, el pueblo respondió con un “Nos quitaron tanto que nos quitaron el miedo”.

La punta de iceberg
El pueblo chileno dice que las medidas tomadas por Piñera los rememoran a 1973, tiempo de Allende, en su mayoría mencionan a Pinochet, o allá por los años 50 cuando hubo un problema similar con el transporte. Sin embargo, en esta ocasión la cuestión de tránsito solo es la punta del iceberg, como ellos le llaman.
Debajo de todo esto se encuentra lo que más molesta a millones de chilenos: la diferencia social. El sistema de pensiones, por ejemplo, es uno de los puntos que tiene más rechazo puesto que, que los trabajadores depositan el 12% a las unidades de pensión privadas (AFP) y los pensionistas no reciben lo que les pertenece.
Se dice que un chileno de bajos recursos puede gastar el 30% de su sueldo en transportarse, mientras alguien con situación económica alta gasta tan solo un 2%. Por otro lado el sueldo mínimo de este país es de 301.000 pesos, pero según el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile, sus pobladores reciben 400.000 pesos.
También, a esto hay que sumarle a los universitarios endeudados. Por los aranceles que deben pagar a las universidades, sacan créditos bancarios para poder costear sus estudios y con esto quedan endeudados por el resto de sus vidas. Y si no fuera poco, la precaria situación del sistema de salud, donde a los precios altos se les suma el mal trato y la falta de citas.
Piñera salió a disculparse y a prometer soluciones para calmar la situación de su país, tales como subir el sueldo mínimo a 350.000 pesos, alzar los aportes estatales para que los jubilados disfruten de una mejor pensión, múltiples convenios con farmacias para bajar el costo de los medicamentos, un impuesto a la renta superior a 8 millones de pesos y la reducción del salario de la administración pública, quienes pueden llegar a ganar hasta 9.349.851 pesos.
Mientras tanto, en la plaza Italia 1,2 más de un millón de chilenos unidos y entonando “el baile de los que sobran” esperan que no todo quede en palabras al aire porque, como dice la conocida canción ochentera de Los Prisioneros, nadie los quiso ayudar de verdad
Comments